El ciclista escocés se ha cambiado de sexo para pasar a llamarse
Philippa York, así no se le aplastara el paquete al sillín. En 1984, Millar acabó cuarto el
Tour de Francia y en 1987, acabó segundo el Giro de Italia.
Robert Millar es hoy
Philippa y, aunque sigue montando en bicicleta, vive con su novia en
Dorset, alejada del ciclismo. O sea que el perfectamente podía ser un
lesbiano, a no ser que su novia sea también del
travel club, entonces ya no sabemos como se cataloga eso.
Reservado, tímido y siempre distante, hasta límites insospechados, Millar fue nombrado ‘personaje deportivo del año’ por la
BBC en 1984, un año antes de casarse con la francesa
Sylvie Transler, con la que tuvo un hijo y se separó poco tiempo después.
Encima el pájaro fue descalificado en 1992 tres meses por tener una elevada tasa de
testosterona. Pero, aunque en su personalidad y estado físico sus íntimos iban notando cambios extraños más allá de la larga coleta que lucía, que ya indicaba algo, además esto lo provocan las drogas con las que se dopan, te salen tetas, y dices coño me gusta tocármelas así uno se cambia de nombre y se las tocas a una tía, a ti mismo.
El verdadero cambio se produjo en 2003, cuando abandonó su casa de
Daventry, en el
Northamptonshire, para reaparecer en
Dorset con el nombre de
Philippa York. Aquí, en una casa de casi 600.000 euros, vive ahora con Linda
Purr, su novia.
“Todos sabemos que
Philippa ha sido un hombre”, explicaba un vecino de la pareja al periódico ‘
Daily Mail’ sin entrar en detalles, “pero somos educados y no queremos pedirle explicaciones sobre su pasado”.
La pregunta del millón es que si se habrá cortado el tiburón, porque aquel día la novia pegara un grito que se oirá por toda la gran bretaña y norte de Francia.